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En Ámsterdam se caracterizan por tener iniciativas que involucran a la población, la cual también es conocida por una participación activa con el fin de resolver problemas que les afectan como sociedad, y hoy tenemos precisamente uno de esos proyectos que llaman la atención por su simpleza, pero que a medio plazo pueden obtener resultados positivos.
TreeWiFi es un proyecto que nace de la necesidad de conocer de manera local cuál es la calidad de aire en tiempo real, ya que no existe una manera de conocer estos datos dentro de pequeñas localidades, es así como Joris Lam ideó un sistema que mide la calidad del aire pero que también ofrece Wifi gratuito como recompensa por la participación de los ciudadanos.
TreeWiFi: motivando a tener un comportamiento verde
TreeWiFi tiene el aspecto de una casa para aves, e incluso está diseñada para ser instalada en los árboles, sin embargo no es capaz de alojar ningún tipo de ave ya que en su interior encontraremos sensores de óxidos de nitrógeno y un router WiFi. El techo de la casa cuenta con luces LED, que de acuerdo a las mediciones que reciban los sensores se encenderán en color verde, que significa una buena calidad de aire; amarillo para indicar un rango intermedio; y rojo, que avisa cuando la calidad del aire es la peor.
El objetivo de esto es que los ciudadanos de esa localidad puedan consultar en todo momento cuál es la calidad del aire, y entre todos adopten medidas para solucionar posibles problemas de contaminación, como incrementar el uso de bicicletas o transporte público, e incluso días sin automóvil o bajo un uso colaborativo entre todos los vecinos.
Tener una buena calidad de aire tendrá su recompensa, ya que cuando la casa este encendida en color verde el router se activará y proporcionará WiFi gratuito a todos los que estén cerca del TreeWiFi, algo que alentará a todos a participar y estar pendientes de los indices contaminantes por medio del semáforo de LEDs.
TreeWiFi fue ganador del primer lugar del Awesome Foundation Amsterdam, con el que fue posible desarrollar la idea e instalar un par de casas, pero el objetivo de su creador es lanzar una campaña de crowdfunding, para así tener recursos para fabricar más casas y colocarlas en todas las calles de Ámsterdam durante la primera mitad de 2017. Sin duda un proyecto atractivo que podría servir de ejemplo para otras regiones del mundo.
Dymaxion: tenemos que dejar de desperdiciar el mundo
La casa Dymaxion fue una vivienda futurista
inventada por el arquitecto y filósofo práctico Buckminister R. Fuller - quien
habría cumplido 118 en la actualidad.
La palabra "Dymaxion", que
combina las palabras dinámico, máxim y tensión, fue acuñada (entre muchos
otros) por el propio Fuller.
“La tierra”, decía Fuller, “es como una nave espacial que venía sin manual de instrucciones”.
Y él creía que precisamente por lo difícil de pilotar a ciegas, los hombres lo estábamos haciendo mal. Trabajábamos por separado, desperdiciábamos los recursos y las posibilidades de cada material. No veíamos más allá que el presente, lo cual nos convertiría en las víctimas del futuro, en vez de en sus arquitectos.
Fuller, por el contrario, creía en un mañana mejor, casi de un optimismo radical:
“Cuando trabajo en resolver un problema, no puedo pensar en la belleza. Pero cuando he terminado, si la solución no es bella, entonces es que es incorrecta”.
En 1920 Fuller deseaba construir una vivienda
autónoma unifamiliar sostenible, la máquina viviente del futuro. Aunque nunca
se construyó, el diseño del Dymaxion aparece con visión de futuro e
innovaciones influyentes en la prefabricación y la sostenibilidad. La casa no
sólo ha sido ejemplar en su autosuficiencia, sino que también podría haber sido
producida en masa, luego envasada y enviada a todo el mundo.
La casa hexagonal de 100 metros cuadrados fue una
estructura resistente a terremotos y a tormentas, a través del apoyo de un
pilar central desde el que se suspenderían los cables, permitiendo que las
paredes exteriores tengan carga. Mediante la agrupación de todos los servicios
públicos permanentes en el polo central, y dejando que el resto del espacio
interior permanezca modular, Fuller generó un plan flexible que permitiera a
los inquilinos transformar el espacio de acuerdo con sus necesidades. El diseño
también muestra turbinas de viento en el techo y un amplio sistema de cisternas
para recoger y reciclar el agua. Para el espacio sanitario Fuller patentó el
"Baño Dymaxion" - una ducha que requiere sólo de una taza de agua
caliente, y un inodoro que no consume nada de agua.
¿De que material era realizado?
La casa debía ser construida en aluminio debido a la gran fuerza del material, el bajo peso, y un mantenimiento mínimo, como Fuller explica:
"el principio Dymaxion de hacer cada vez más con cada vez menos peso y tiempo por cada nivel dado de rendimiento funcional. Con una tasa media de reciclado para todos los metales de 22 años, y con mejoras en el diseño comparables en rendimiento por libra, significa que cada vez más personas están siendo atendidas en niveles cada vez más altos, con los mismos materiales antiguos "
El Dymaxion fue abandonado por Fuller hasta 1944, cuando el déficit de viviendas post-Guerra generó que el arquitecto revisara su idea anterior de la producción en masa de unidades residenciales. Para hacer que la casa sea una realidad, Fuller firmó un contrato de investigación de dos años con Beech Aircraft Industries, que tenía una gran cantidad de aluminio en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial. En 1946 Fuller completó dos prototipos: el prototipo Barwise y el prototipo Danbury, a pesar de que ninguno fue producido en masa, debido principalmente a la falta de voluntad de Fuller al compromiso.
La casa Dymaxion real
Se diseñaron dos prototipos de casa Dymaxion
una de interior (la casa «Barwise») y otra de exterior (la casa «Danbury»).
Un entusiasta adquirió ambos prototipos junto con un surtido de elementos no empleados para rescatarlos tras el fracaso de la iniciativa. Construyó la casa redonda en su propiedad desactivando el ventilador y otras prestaciones del interior. Se habitó durante unos treinta años, aunque como extensión de un rancho que ya existía y no como una casa aislada, como había concebido Fuller.
Esta casa, así como las piezas de prototipo fueron adquiridas por el Henry Ford Museum en 1991. Se empleó un procedimiento meticuloso para conservar tantos componentes originales como fue posible y restaurar el resto empleando la documentación original de Fuller. Se instaló en el interior del Henry Ford Museum en 2001.
Interior de la Casa Dymaxion mostrando detalles estructurales. Se puede ver el tejado de aluminio parcialmente ensamblado, puntales y la cubierta exterior así el poste central que soporta la estructura entera y sostiene la fontanería.
Interior de la Casa Dymaxion mostrando detalles estructurales. Se puede ver el tejado de aluminio parcialmente ensamblado, puntales y la cubierta exterior así el poste central que soporta la estructura entera y sostiene la fontanería.
El tejado estaba diseñado para atraer agua del exterior y llevarla al sistema de canalización y de allí a la cisterna en lugar de construir un tejado a prueba de lluvias.
Durante el proceso de diseño la idea
del inodoro de embalaje se reemplazó inmediatamente por un sistema séptico
convencional porque el plástico de embalar no estaba disponible. Otras
características funcionaron como se había anunciado, especialmente el sistema
de calefacción y el aire acondicionado pasivo, basado en el «efecto cúpula».
Los habitantes de la versión
altamente modificada de la casa dijeron que el baño era particularmente
excelente. A los niños les gustaba hacer guerras de agua allí porque «era
absolutamente indestructible mediante agua». El baño consitía en dos burbujas
de cobre conectadas y selladas entre sí. La pieza inferior está completamente
chapada con una aleación de estaño/antimonio y la mitad superior pintada. Cada
burbuja tenía un desagüe. No había superficies de áreas de menos de cuatro
pulgadas (10 cm) para facilitar su limpieza. El innodoro, la ducha, la bañera y
la pila estaban moldeados en una misma estructura de una sola pieza. Una
burbuja contenía una bañera ergonómica y una ducha. La bañera oval tenía los
mangos montados en el interior de la entrada. La otra burbuja tenía el retrete
y la pila. La ventilación del baño era un gran ventilador silencioso bajo la
pila principal que mantenía los olores lejos de las narices de las personas.
Para evitar el empañamiento, el espejo estaba encarado al botiquín que estaba
ventilado por el ventilador. Una versión de plástico del baño estuvo disponible
intermitentemente hasta la década de 1980.
El inventor del teclado Qwerty es
el estadounidense Christopher Latham Sholes (1819 – 1890). Se inició en el
oficio de la imprenta, trabajó como editor de algunos periódicos y llegó a
ocupar un cargo público en Milwaukee pero su verdadera afición era la mecánica
a la que dedicaba sus ratos libres.
Después de inventar y patentar una máquina de numerar
encontró una revista especializada donde se describía el funcionamiento de una
máquina de escribir inglesa. Sholes aplicó el funcionamiento de su máquina de
numerar a la idea de la máquina inglesa y en 1867 creó una nueva máquina de
escribir, la primera que tendría éxito en Estados Unidos.
Ni Sholes ni sus socios, Glidden y Soule, tenían los
recursos económicos suficientes para comercializar su invento así que le
vendieron los derechos a la empresa E. Remington & Sons en 1873.
El éxito
de la máquina venía dado por su tamaño y porque se escribía mucho más rápido
con ella que a mano.
A pesar de ello presentaba un problema: una vez se alcanzaba
cierta velocidad tecleando las varillas que imprimían los caracteres chocaban
unas con otras y se atascaban ralentizando el ritmo de escritura.
Remington, En este problema reside el origen del teclado
Qwerty. En la máquina original las letras estaban colocadas por orden
alfabético, Sholes las redistribuyó separando las parejas o grupos de letras
que suelen ir juntos en la escritura inglesa.
La idea fue elaborada con la ayuda de James Densmore. Con la
técnica de mecanografía más usual para este teclado, en posición de descanso,
cuatro dedos de cada mano se colocan sobre la fila central de letras, F y J
tienen un distintivo al tacto para reconocerlas y teclear sin necesidad de
mirar hacia el teclado.
En 1874, Remington sacaba a la venta la nueva máquina de
escribir con el teclado que se convertiría en el Estándar hasta nuestros días,
el Qwerty. La máquina se hizo pronto muy popular, sobretodo en aquellos gremios
donde la velocidad de escritura era realmente importante. Cuando aparecen los
primeros ordenadores para sustituir la máquina mecánica las oficinas no quieren
perder el tiempo reacostumbrándose a otro tipo de teclado, por eso desde un
principio los ordenadores han sido diseñados con Qwerty. Era lo más rentable
para todos.
Hoy en dia el teclado es muy usado en todas las computadoras portatiles
La fidelidad a este primer modelo de teclado alcanza también
la tecla ‘Shift”. El primer teclado tan solo escribía en mayúsculas, la
Remington nº 2 incorporaba la tecla Shift (to shift: desplazar), esta tecla
movía el carro de las varillas y se imprimía con la minúscula. Con los nuevos
modelos de máquinas de escribir, este desplazamiento ya no era necesario pero
se ha respetado el nombre de la tecla para indicar el cambio de mayúsculas a minúsculas.
Uno de los grandes problemas de las grandes ciudades es la densidad del tráfico en determinadas franjas horarias, que puede suponer una auténtica molestia para los habitantes, empeorando mucho la calidad de vida.
Es básico el uso del transporte público para solucionarlo, pero los autobuses tampoco están libres de verse atrapados en una congestión inacabable. Sin embargo, este concepto puede ser la solución.
Se trata de un espectacular vehículo capaz de pasar por encima de los demás, con lo que no sería un problema que causara más atasco, al revés, contribuiría a conseguir que este fuera mucho más fluido, ya que sus paradas no influirían en los demás vehículos.
Además, su gran tamaño y capacidad serían una gran opción en lo que a impacto ambiental se refiere. Una gran idea que nos gustaría ver hecha realidad en un futuro cercano.
Pasando por encima de los coches para agilizar el tráfico
El Straddling Bus ha sido presentado de forma oficial durante el fin de semana por la compañía china Transit Explore Bus, el cual se inspira en una idea que surgió en los años 60 y que fue retomada en 2010 con la idea de combatir el tráfico que cada año aumentaba de forma importante.
Sin duda lo más impresionante de este autobús el hecho de que no sufrirá por dicho tráfico, ya que su trayecto se hará por medio de rieles instalados en las orillas de los carriles, será eléctrico, tendrá la capacidad de transportar hasta 1400 pasajeros a una velocidad máxima de 60 km/h y será lo suficientemente alto paralos coches pasen por debajo sin afectar su circulación, un diseño inspirado en el funcionamiento del metro pero adaptado a las ciudades.
Una de las ventajas de este sistema es que su coste representaría sólo el 16% de lo que costaría crear una nueva línea de metro, además de que el tiempo requerido para su construcción sería mucho menor y las afectaciones mínimas.
Sus responsables ya han recibido la autorización para arrancar con los trabajos y una primera prueba piloto con uno de estos autobuses, la cual arrancará entre los meses de julio o agosto en la ciudad de Changzhou, la cual servirá para determinar el impacto, los posibles beneficios y la respuesta de los pasajeros, ya que si todo sale bien, en 2017 arrancarían con la segunda fase que añadiría nuevos autobuses, nuevas líneas de transporte, además de ampliarlo a otras ciudades.
El cambio climático es un problema que ya afecta al planeta y a todos los que vivimos en él. Las temperaturas cada vez son más extremas y esto castiga, sobre todo, a las zonas que tienen menos recursos para combatir las condiciones climatológicas más duras.
No todo el mundo puede permitirse poner un climatizador que funcione con electricidad para combatir las temperaturas más severas. Esa ha sido la motivación de Grameen Intel Social Business para diseñar un proyecto innovador y factible que puede ayudar a un gran número de población a vivir en mejores condiciones.
Se trata de un aire acondicionado casero que es 100% ecológico y que no necesita electricidad para funcionar. Evidentemente, no sólo sirve para las personas que no tienen recursos, cualquier persona puede construir este aparato por sí mismo y por muy poco dinero para disfrutarlo cuando las temperaturas sean elevadas.
El funcionamiento de Eco Cooler, que es como se llama este invento, tiene una estructura muy sencilla. Se trata de un tablero que tiene incorporado varias botellas de plástico, capaces de bajar la temperatura al menos 5ºC en muy pocos minutos.
¿Cómo funciona? Parece increíble pensar que un simple tablero con unas botellas de plástico recicladas pueda funcionar como climatizador, pero podemos comprobarlo nosotros mismos con un sencillo experimento: sopla en tu mano con la boca muy abierta, sentirás el aire caliente. Pero si haces lo mismo con la boca casi cerrada sentirás el aire frío. Este mismo sistema de presión es el que se utiliza con las botellas.
¿Cómo realizarlo de manera sencilla?
Paso 1: Reúne botellas de plástico que puedas reciclar. Ten en cuenta que cuanto mayor sea la diferencia entre el cuello y el culo de la botella, mejor.
Paso 2: Toma las medidas del perímetro de la ventana en la que quieres instalar Eco Cooler. Corta un tablero que tenga un grosor de al menos 2 milímetros del mismo tamaño.
Paso 3: Haz agujeros en la tabla del perímetro de la boca de las botellas. Ten en cuenta el espacio que debes dejar entre agujero y agujero, para que las botellas quepan bien.
Paso 4: Con la ayuda de unas tijeras, corta la botella a la mitad.
Paso 5: Corta la parte exterior del tapón, para que así nos sea más sencillo sujetar las botellas.
Paso 6: Colocamos en un lado de la tabla las botellas cortadas y las cerramos enroscando el tapón para que así se mantengan. Una vez colocadas todas las botellas, coloca el Eco Cooler en la ventana con la parte ancha de las botellas dando al exterior.
Una de las cosas que más nos ha llamado la atención de este proyecto, además de su eficiencia, es que sus creadores no han tenido nunca intención de lucrarse con él, sino que sólo pretenden que todo el mundo pueda beneficiarse de ello altruistamente.
El origen de este proyecto está en Bangladesh, donde la temperatura a veces alcanza los 45ºC. Muchas personas allí viven en casas hechas con acero, por lo que en su interior la temperatura aún es mayor. Definitivamente, se trata de un invento que puede ayudar a mucha gente a vivir un poquito mejor. Desde Casas Increíblesaplaudimos iniciativas como esta y esperamos que sigan siendo muchas más.